En el episodio de hoy, dando inicio a la temporada 3 del podcast (lo puedes ver debajo de esta publicación ⬇️), te llevaré por un viaje a través de los océanos 🌎 y de lo que significa para mí el buceo 🚀🌊 , así como las maneras en que este se ha manifestado en mi vida 🏖 , ya que sigue ligada a esta actividad de una u otra manera, ya sea por trabajo o por hobby 🏌🏻♀️. Y ahora me doy cuenta que el buceo fue una actividad con la que mi vida emocional se sincronizó 😱. Y sin querer, también el mar, se enfrasco en mi como una forma maravillosa de poder observarme 👀. Espero que lo disfrutes 👋🏻.
¡Comenzamos 💥!
Desde que tengo memoria, he estado interrelacionada con el agua 💧. Siempre he tenido fascinación por estos espacios 🌏. Recuerdo cuando era niña e íbamos de vacaciones al mar, la primera imagen que tenía ante mí era la de una alberca hermosa 🐬🐬, hermosísima, a mi me parecía las más hermosa del mundo, aunque luego veía las de los hoteles de al lado y me parecían más grandes y lujosas 💸. Pero está tenia lo suyo, en el fondo tenía un par de delfines de azulejo, al asomarme por el barandal que daba a ella lo primero que me recibía eran los reflejos del sol 👧🏻, el olor tan particular, el movimiento del agua 🌄 con el jugar de la gente, y sobre todo, eso la gente feliz, divirtiéndose me hacía fascinarme y todavía me hace suspirar 👩👩👧👦 . Este lugar tiene además una salida a un mar precioso, de olas fuertes, de una bahía 🦀 . Los días pasaban entre meterme al mar 😊, y a la alberca, todo lo demás no importaba.
Después de muchos días de llevar mi vida de forma cotidiana en casa 🏠🏙️, en la ciudad, contemplar de nuevo ese escenario, una vez al año en promedio me encantaba 🌟, con su humedad perfecta, calor, brillo, color 💜, el sonido de la alberca, la inmensidad del mar, los olores y sonidos agradables 🐦, para mí era algo inigualable, era maravilloso, y hasta ahora es uno de los más gratos recuerdos que tengo 👑.
Ahora, veo que de ahí viene mi gusto por el mar 🏖️, mi gusto por las albercas. En el fondo se trata de un gusto infantil 🎾. Ya antes había comentado que me encantaba sortear las olas desde la orilla en la playa 🏄🏻♀️, para mi era muy divertido, y aunque siempre quise tener una pequeña tabla para surfear, de esas pequeñitas que usan los niños, nunca me atreví a pedírsela a mis padres 👨👨👧. Pero aprendí a nadar y, a los 8 años ya nadaba en el mar 🏊🏼♀️. Para mi era increíble llegar a las playas y poder meterme al mar, era la mejor sensación 💖, además, el mar era ese bello espacio en donde se veían los atardeceres más cool 🌇, ese espacio, que tenía colores fantásticos y que hipnotizaba nada más contemplarlo. Este sitio fascinante y de respeto que de noche puede parecer abrumador, cuando sus grandes olas golpean las piedras y acantilados 😱, es ese hermoso lugar que también puede ser navegado ⛵, y ese espacio en donde muchísimas personas recrean su cotidianidad, siendo un continuum con el agua 🎣.
Cuando nací 🤰🏻, más precisamente, cuando nacimos todos, nos hallábamos en una bolsa húmeda, mojada, más bien, llena de líquido amniótico, tu, yo, todos pasamos por ese proceso en nuestro primer contacto con el agua, en el útero de nuestra madre.
Simbólicamente el mar representa al subconsciente 🔣 🧠. Se trata de ese espacio que se encuentra oculto, que pareciera lejano, pero que a su vez, se encuentra abierto para su descubrimiento 📥.
Y ahora, en esta parte de la historia me gustaría contarte cómo, a los 19 años, comencé a estudiar buceo en la alberca olímpica 🏫, ubicada en Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México. Recuerdo que era la más joven de mi curso 👧🏻, era como una niña, aunque de hecho mi vida adulta comenzaba 👩🏻, pero realmente no sabía muy bien qué estaba haciendo 🥴, no me gustaba mi carrera, tal vez ingresé muy joven, pero lo que sí sabía era que me gustaba nadar 👙, y así, ingrese a uno de los pocos grupos que había en ese entonces de buceo en la Universidad. Mi profesor 👨🏻🏫, Jack Baron Tapia era emblemático desde ese entonces 🦸🏻♂️, se hablaba de que hacía saltar a sus alumnos con todo y tanque de buceo puesto desde los 10 metros de altura en la plataforma de la alberca, lo tuvo que dejar de hacer por los inconvenientes que causaba 🧗♂️. Lo veo ahora en mi memoria, con su sonrisa. Era un diablo 🏆. En 2022 falleció.
En ese curso por allá del 2005, recuerdo escuchar que un compañero comentó que una vez que incursionamos en el buceo, esto te marcaba para siempre 🕶️, ya que estuvieras en el ámbito que estuvieras lo seguirías haciendo. Y así fue.
Todo iba bien, me gradué con una y dos estrellas 🏅, que al buceo ser una actividad de origen militar, tiene esa condecoración que hace alusión a ese primer origen. Para certificarte tendrías que tomar las clases teóricas 🔢, además de hacer todas y cada una de las prácticas en aguas confinadas, es decir en la alberca, además de realizar una práctica en aguas continentales 🏞️ en donde las pruebas físicas eran extenuantes y, además se debía de nadar en un río contra corriente, para por último realizar un examen teórico y una serie de inmersiones en el mar 🐟.
Recuerdo la práctica en el mar como si fuera ayer, fuimos a Mahahual en Quintana Roo 💐, una playa hermosa con un grueso fondo de coral 🌸🌺, Recuerdo que me daban curiosidad y temor las inmersiones en el mar, era como una cierta inseguridad, pero afortunadamente pude desenvolverme en mis prácticas si problema 💯. Pero me daba esa sensación de temor.
Luego, regresando 🏫, ya para terminar el curso hubo un par de sesiones en la alberca, se trataba de una fosa profunda ⬇️, en donde realizamos todas y cada una de las prácticas que nuestro profesor nos enseñaba, eran prácticas extremas ⛷️. Como ya habíamos ido al mar, ya habíamos nadado contra corriente, ya sabíamos colocarnos el visor y las aletas a la perfección luego de que nuestro profesor las lanzara sin piedad ☺ ️ al fondo haciendo que nos las colocamos allá abajo, y una serie de maniobras parecidas. Los últimos días nos puso una serie de ejercicios difíciles 👹.
Uno de ellos se trataba saltar 🦘de la plataforma de cinco metros, o si lo preferías de la de 10 metros, y una vez abajo, nadar 🐠 debajo del agua conteniendo la respiración para alcanzar el tanque que se hallaba a media alberca y tomar una respiración para después salir. Me costó saltar pero lo hice, me hallaba algo nerviosa 😟.
Pero cuando ya no pude conmigo y lo recuerdo perfectamente, fue cuando nos puso a mi y a otros dos compañeros 👨👩👧 a atravesar la alberca compartiendo el aire de un mismo tanque 🧯, con una sola boquilla. La idea era aguantar la respiración e ir nadando 💪🏼, acomodados de tal manera que solo dependiéramos de nuestra fortaleza mental y de nuestras habilidades, mientras cada quien iba realizando tres aspiraciones del tanque antes que pasarselo a su compañero. Ahí me rompí 😵💫, no sé qué pasó, no pude hacerlo, solo recuerdo que salí del agua con taquicardia, miré a mi maestro y le dije, lo siento, no puedo. Me dijo, si puedes 🧙🏻♂️, lo que tienes es miedo.
Ese profesor era un caso aparte, ya se los presentaré en otro episodio, pero se me quedó muy marcado varias veces que nos dijo y hacía hincapié en que el agua🚰, y el buceo eran como un espejo 💧. Sacaban lo mejor y lo peor de nosotros, algo así como nuestros monstruos 👻 y nuestras mayores habilidades. Bucear era como verse en un espejo 👺.
Recuerdo que ahí empezó una etapa difícil en mi vida ⚰️, no me hallaba, no sabía a qué le tenía miedo, era como no encontrar calma, dejé de bucear por unos años e inicié un proceso por intentar conocerme a mi misma, tratando de descubrir qué es lo que había vislumbrado en ese espejo 🌊.
No dejé el mar por completo, comencé a estudiar mi carrera en Antropología 🗿y ahí hice mi investigación sobre el mar y las diferentes formas que existen de concebir el mundo en torno a este espacio. Me mudé a un par de sitios con playa 👙, y me encantaba asolearme 🌞y salir a nadar, pero nada más. Y seguí arduamente el camino de conocerme, de mirarme en el espejo.
En el año 2013 decidí retomar mi entrenamiento en buceo 🕶️. Por fortuna todavía hallé a mi profesor Jack Baron en la alberca 💪🏼. En este curso solo éramos dos alumnas, y mi compañera se rindió para finales del mismo. Yo me quedé con las enseñanzas de uno de mis maestros de vida por segunda vez 🎖️🎖️. Esta vez me sentía más segura, y como ya tenía experiencia, no se me dificulta tanto. Ahí fue en donde le tomé amor 💙al buceo libre o freediving. Tuve la fortuna de ver mis habilidades, pues fueron clases realmente importantes para mí 👨🏻🎓. La mayor lección era siempre, bajo cualquier circunstancia, sacar la fortaleza qué hay en uno y buscar salir de las adversidades a toda costa 💡🎇, independientemente de lo catastróficas que fueran, y sobre todo, divertirse en el proceso 😄.
Recuerdo todavía las prácticas de buceo SCUBA 🧯, con aparatos en este curso nuevo, también llevaba un miedo terrible, pues recordaba la última vez que había salido con taquicardia años antes ⚓. Afortunadamente está vez no me paralice, ese día buceamos en un barco hundido en el puerto de Veracruz 🚢, un buceo hermoso, y ahí supe que había logrado superar algo en mi vida. No me rendí, pude haber dejado esta actividad que me encantaba por el miedo, pero decidí no hacerlo, y lo más importante para mí fue, que a la par, decidí y me dio pauta para afrontar mis más grandes miedos 🐟 haciendo frente a mi situación personal.
De ahí que haya superado una dificultad haciendo alusión a mi maestro 👨🏻🏫, logré recuperar la confianza en mí, mi confianza en el agua e ir sacando poco a poco a flote mis circunstancias de vida 👧🏻 en pos de encontrar una mejor versión de mí. Lo sigo haciendo. Es extraño, y muy recientemente me he dado cuenta de esto que te comento, de esta equivalencia 🤔en las circunstancias de mi vida, pues fue justo a los 19 años que inicie esa búsqueda constante en mí, justo el año en que inicié a bucear.
Y remitiéndose al dicho que tenían mis compañeros sobre que una vez incursionamos en el buceo era imposible dejarlo 🎀. El año 2022, me gradué en la maestría en aquella lejana carrera que en un inicio no me gustaba, con una tesis sobre el buceo 💝 que se realiza en las comunidades de Bahía Tortugas 🐢, Baja California y Río Lagartos, Yucatán 🐊, México 🇲🇽. Mi vida sigue ligada al buceo de una u otra manera, ya sea por trabajo o por hobby 🏒. Incursioné en una de las organizaciones 📩más grandes relacionadas con el buceo comunitario en el país. Y actualmente voy y nado todas las mañanas, con mis aletas, mis lastres, mi visor, y entreno, me gusta hacerlo, me mantengo en forma 🧘🏻♂️.
Al final, ahora me doy cuenta que el buceo fue una actividad con la que se sincroniza mi vida emocional 🤺, mis gustos e intereses. Y sin querer, de algún modo, el mar, se enfrasco en mi como una forma maravillosa de verme 🌊🌸. Porque al final, bucear es eso, sumergirse, real o simbólicamente, en uno mismo 🦚.
Los frutos pueden ser importantes y no es casualidad que de pronto traigas riqueza de ese fondo, de ese acto de arriesgarte. Yo no los ví así hasta hace poco ✨, bucear sacó mis más grandes miedos y mis grandes fortalezas. Y como decía mi maestro, al final te muestra a ti mismo tal como eres 🥂. La cuestión está en traducir, y tratar de creer en ti mismo y no rendirte aunque de mucho miedo. Porque abajo también se encuentra lo luminoso.
Me dio gusto compartir este episodio contigo 💖. Recuerda dejar tu comentario. Hasta luego, que tengas un lindo día.