Cuando tenía 7 años creía que todo era posible🛹, subir una montaña caminando en shorts🖼️, volar hacia la copa de los árboles con solo ponerme un gorrito de rehilete, o volando un papalote. Me gustaba mucho experiementar adrenalina🏂🏻, era super buena jugando videojuegos🏏, ya sea en casa o en la calle, montaba moto 🏍️, bicicleta, patines, jugaba de todos los deportes y era buena en ellos, sobre todo en basketball. Me lanzaba con mis amigos en la avalancha por las calles, no pensaba en los límites. No había 🗺️. Crecí libre, era muy feliz en esos espacios en donde desarrollaba mis habilidades, mi cuerpo⛹🏻, desde ahí supe lo que me gustaba: salir con amigos👙🏄🏻♀️, divertirme🌊🧜🏻, jugar, relajarme🥂, disfrutar. Era lo que había 💅🏻.
De alguna manera, inconciente-concientemente he tratado de revivir esas sensaciones en mi vida desde aquel entonces, solo cambiando los espacios, y las formas. Experimentando, viajando, conociendo personas🧨, viviendo experiencias que han sido increíbles🎆, repitiendo energéticamente esas sensaciones increíbles de mi infancia 👧🏻. Viví dos veces en la playa🏖️, subí montañas, acampé en desiertos, estudié lo que me dio la gana, fuí a lugares increibles, hice muchas travesuras👙, buceé en diferentes partes del país🏄🏻♀️🌞, viajé al extranjero, rolee de un lado a otro del país trabajando🐬🏝️. Miles de personas, experiencias y anécdotas con gente extraordinaria, literatos, funcionarios, académicos, políticos importantes en el continente.
El legado de mi hijo. Su padre con quien comparto esa intensidad me permite percibir que no existe límite, y la infinidad de posibilidades.
Te voy a enseñar como suena esto en una canción aquí 🌌 (Parte de esto lo hice en colaboración con Inteligencia Artificial):
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